Quizás te hayas preguntado tras escuchar muchas veces esta palabra: ¿Qué es mindfulness?

Mindfulness es una práctica de meditación que utiliza la atención y la consciencia para ayudar a vivir con mayor serenidad. Es un método muy natural en el que la consciencia se centra en el presente dirigiendo la atención a los diferentes sentidos (tacto, oído, olfato…). Como resultado los pensamientos, al no ser alimentados, se relajan y surge una mayor sensación de tranquilidad y paz.

Esta práctica puede ser útil para quienes sientan estrés en su vida, quieran bajar el ritmo y lograr una mayor paz interior. También puede interesar a aquellos que quieran ir más lejos y deseen conectar con su dimensión espiritual. Eso sí, cualquier persona puede aprender mindfulness independientemente de cuáles sean sus creencias. 

Mindfulness natural

Mindfulness significa prestar atención a lo que sucede, estar conectados con la realidad mediante nuestra sensibilidad. Todos hemos sentido esta conexión alguna vez, por ejemplo en la playa, escuchando las olas del mar o sintiendo el calor del sol y la brisa sobre nuestra piel. En esos momentos nos sentimos a gusto y podríamos decir que estamos haciendo mindfulness de manera espontánea.

Podemos llevar esta consciencia a todas las situaciones de nuestra vida y, por ejemplo, sentir en la ducha como el agua se desliza sobre nuestra piel o a la hora de comer, disfrutar de las diferentes sabores y texturas de los alimentos. Para desarrollar este tipo de atención durante el día nos ayuda tener ratos de quietud y silencio en los que realizamos la práctica de una manera más consciente.

Vivir de esta manera en el presente nos ayuda a generar una presencia amorosa y acogedora que nos da estabilidad y nos permite gestionar las emociones difíciles. Esto, a su vez, favorece que vaya emergiendo de manera natural nuestra alegría y paz esenciales.

¿Es difícil practicar mindfulness?

Cuando empecé a aprender mindfulness, como le pasa a muchas personas, me parecía que era algo que requería mucho esfuerzo y estar muy concentrado, lo que me generaba estrés en vez de ayudarme. Después, con el tiempo, fui aprendiendo que la clave está en cultivar una atención receptiva y relajada que no fuerza la realidad sino que escucha lo que surge en cada momento (pensamientos, sensaciones, sentimientos…). Esa atención relajada permite que los pensamientos y las emociones se disuelvan por sí mismos. Es como lo que sucede en un lago agitado cuando, tras un tiempo, la tierra se deposita en el fondo y el agua recupera su claridad natural. Me gusta llamar a esta manera de meditar mindfulness natural.

He aprendido mindfulness de diversos maestros de muchas tradiciones pero la persona que más ha influido en mi manera de entender la práctica es Thich Nhat Hanh, que fue maestro de Jon Kabat-Zinn, el nombre que más se asocia con mindfulness en Occidente. Kabat-Zinn es un profesor de medicina que ha logrado que la práctica de mindfulness se incorpore tanto al área de la psicología como a la de la salud y se vuelva extraordinariamente popular.

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